viernes, 27 de enero de 2012

PREPÁRATE.


Intenté reunir en mi cabeza algunos de los pedazos de aquél cielo que se me había venido encima, y le pedí a lo que salió que él dejara de andar, que no avanzara, que no cruzara la calle. Y empecé a llorar. Eran lágrimas de rabia, no de miedo. Aunque, bueno, tampoco estoy segura de que existan varias clases. Pero fuesen como fuesen, la cuestión es que allí estaban. Y en ese momento apareció a mi lado.
-         ¿Qué pasa?¿ Te ha pasado lago? ¿ Estás bien?- Me dijo preocupado.
-         Yo, esque.. la he jodido, joder la he jodido pero bien, no se porque lo hice..creo que no puedo seguir contigo..- Le dije mirando al suelo, no podía mirarle a la cara, no después de lo que había pasado.
El me alzó la barbilla y me miro a los ojos con cara de a-ver-que-hay-al-final-de-todo-esto, pero sus labios dijeron algo muy diferente. – No se que te pasa, pero si estás así, no creo que sea nada bueno, lo que se es que no quiero dejarte por nada del mundo, y sea lo que sea lo que hallas hecho, no creo que no tenga solución.
Entonces lo solté todo de golpe. Le conté lo que había hecho, le había engañado, si, me arrepentía, pero no podía hacerle esto, no se lo merecía.
El, me tapó la boca y me dijo - ¿ Te arrepientes? Di la verdad
-         La verdad es que ojalá pudiera borrarlo todo y empezar de cero. Porque ya nada volverá a ser lo mismo, tú lo sabes y yo lo sé, no vale la pena engañarse. No puedo hacer nada.
-         Si, si que podemos. Fue un error, ¿No? De los errores se aprende. Ademas, no fuste tu sola, si podías haberte ido, pero él también, el sabia que tenias novio. Lo que quiero decir con eso es que para que la corriente arrastre algo, primero tiene que haber alguien que la tire al agua. Y bueno, cuando una cosa es de verdad, el resto no es algo sobre lo que merezca la pena preguntarse, y lo que yo siento es de verdad y no quiero que acabe por un simple error.- entonces me apartó el pelo de la cara, sonrió y siguió susurrándome al oído - O sea, que prepárate, porque a partir de aquí será todo hacia abajo; y ya sabes lo lento que es subir la rueda hasta el final de la cuesta y lo rápido que llega otra vez al principio cuando la sueltas.
Así que ya sabes, dentro de poco volveremos a estar donde estábamos nada mas empezar, si, al principio: cuando con un solo roce de mejillas se me erizaba el pelo de los brazos, cuando me contaste cosas de ti que nadie sabia sin apenas conocerme, a cuando me contaste porqué cada día sin excepción una piruleta acababa en tus labios,  a cuando cantábamos canciones estúpidas a las farolas bajo la lluvia, cuando me contagiabas tu sonrisa cual bostezo, a cuando por fin ese día llegó el esperado beso, y a cuando descubrí que nunca llegas tan arriba como cuando te atreves a saltar por encima de ti mismo.